jueves, 28 de julio de 2011

¿De qué hablamos cuando hablamos de talento?

En el ámbito de los Recursos Humanos se habla habitualmente de talento, administración del talento, gestión del talento humano, entre otros. Cuando lo hacemos, entendemos que hablamos de personas cuya performance supera las exigencias mínimas del puesto y que aportan un valor adicional al trabajo que realizan. Para profundizar en el tema, me propuse indagar sobre el significado y alcance de éste término.

En primer lugar, acudí al auxilio de la Real Academia Española, para quien el talento puede ser la “capacidad de entender”, la “capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación” o bien, la “persona inteligente o apta para determinada ocupación”. En mi opinión, y sin poner en duda la precisión de la Real Academia, la definición habla de aptitudes básicas que puede poseer cualquier persona que cumple con las exigencias mínimas de su ocupación, pero no me habla de ese “algo” especial que buscamos cuando buscamos talentos.

No conforme con lo hallado, continúe con mi indagación. Ésta vez, decidí acudir al inglés, ya que muchos términos de negocios son exportados al español y aún cuando las palabras son “transparentes” por la similitud de las mismas en ambos idiomas, los significados pueden variar entre sutil y radicalmente. Así, el diccionario de la Universidad de Cambridge dice que talent es una “habilidad natural para ser bueno en algo, especialmente sin haber sido enseñado”. Ahora si. Creo que de esto hablamos todos cuando hablamos de talento.

El talento parece ser entonces una habilidad innata para llevar a cabo una tarea en particular, algo con lo que se nace o bien, que se desarrolla y estimula a muy temprana edad. Esto se ve claramente cuando hablamos de las artes, donde encontramos a personas con talento para la música, la pintura, el baile o la actuación, habilidades que resultan difíciles o imposibles de desarrollar en personas adultas. Ahora bien ¿son éstos talentos los que necesita la empresa? A menos que se trate de una empresa productora de eventos culturales, la respuesta es No.

El talento no es una habilidad claramente identificable y su alcance no es universal sino que varía en función del contexto en el que se hable del término. Es una disposición y capacidad para hacer algo de manera sobresaliente y natural. ¿Pero capacidad para hacer “que”? Lo que sea: cantar, correr, analizar, planificar, escuchar, etc., siempre y cuando se haga de manera sobresaliente y natural seguiremos hablando de talento.  

Aún más allá del ámbito de que se trate, la definición de un talento particular probablemente dependa no solo la actividad concreta sino también de la empresa y su cultura así como también del contexto particular en el que ésta esté inserta.  

¿Cómo podemos detectar el talento en las personas?
En éste punto podría decirse que probablemente todos los seres humanos tengamos talento en algo y hasta quizás varios. Lo cierto es que aún cuando esto fuere cierto, no es fácil detectarlo porque puede que permanezca oculto aún para el propio poseedor del mismo.

Entonces, ¿cómo identificamos el talento en los recursos humanos? Douglas A. Ready, Jay A. Conger y Linda A. Hill postulan, en una publicación de Harvard Business Review, una “Anatomía de Talentos”, conformada por cuatro factores X: 
  1.  Empuje por sobresalir. Se ve en las personas cuyo trabajo es excelente pero que, además, están dispuestas a hacer sacrificios en su vida personal a fin tener éxito. 
  2. Capacidad de aprendizaje catalizador. Se trata de aquellos empleados que además de su motivación por la formación constante poseen un alto sentido de pragmatismo que les permite aplicar los conocimientos adquiridos en el marco de una orientación a los resultados. 
  3. Espíritu emprendedor. Presente en aquellos que tienen el empuje necesario para abrir nuevos caminos y que asumen los riesgos de abandonar su zona de confort para transitarlos en busca de nuevas oportunidades. 
  4. Sensores dinámicos. El desarrollo de los tres factores previos podría llevar a un fracaso si no se cuenta con los sensores dinámicos que permiten identificar y sortear los riesgos haciendo uso de una combinación de capacidad de análisis e intuición.

Aún luego de todas las definiciones, sigo pensando que el talento es un término altamente subjetivo y lo es, sobre todo, su proceso de identificación.

¿Hará falta un ojo clínico para su detección?

J.B.





Fuentes:
Revista Management Herald. Marzo/Abril 2011. Año X, Número 90

2 comentarios:

  1. Sin duda el talento es ese algo que las empresas pretendemos obtener de todos los empleados. Mi respuesta a si es necesario el ojo clínico es que si, aún cuando exista la sistematización en la selección de las personas, es requisito sine qua non para que se logre captar el talento, que quien realiza la selección posea ese ojo clínico, ergo, el talento.

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  2. Recursos Humanos 2.030 de julio de 2011, 11:29

    El talento no es algo fácil de identificar. En realidad, requiere de mucha práctica, lo que si, eventualmente se podrá denominar como ojo clínico.

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